Este libro es una recopilación de relatos en el que el más antiguo es de 1987 y el más reciente de 2009. Todos los textos tienen un enfoque y zoom muy similar. Escenas cotidianas, reiteradamente vividas por sus personajes, por lo que a ellos les es indiferente en qué momento el escritor conecte y apague el proyector. Personajes atrapados por un destino que les supera y del que por su inevitabilidad ha acabado siendo olvidado. Personajes que tratan de no naufragar más allá de lo imprescindible entre el desamparo y la soledad, la aceptación de todas las derrotas y la imposibilidad de que las cosas cambien a menos que el azar tenga aquella noche los dados borrachos. El autor de El hombre que amaba los perros y poseedor de Hammett, Chandlers y algunos premios más egregios (Nacional de Literatura, Crítica, Orden de las Letras…) nos habla de Angola y la melancolía, de la imposibilidad de Venecia y de que esa noche caces a alguien como Anselmo, de oportunidades vencidas por el tiempo y por el temor a caer otra vez más, de amar y saber que nunca has sabido hacerlo. Personajes que creen haber atrapado con un anzuelo el pasado solo para comprobar la imposibilidad de dar vida a Lázaro.
Padura es un magnífico creador de personajes verosímiles, complejos, que se levantan del papel, en especial aquellos que más allá de sus contradicciones son de una suma fragilidad. Pese a esto, la pieza no se le desmenuza al autor. Son personajes en escenarios en los que uno ya prevé el final y casi el desarrollo, pero la prosa elástica y elegante de Padura hace que te pongas los patines y le acompañes